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Capítulo 2: Nuevas Presencias

  Silencio. Era todo lo que inundaba los alrededores de aquel mundo. Este lugar era un paraíso para la vista, envuelto en una abundante vegetación con diferentes matices de verdes y otros colores vibrantes que hacían de este sitio un lugar hermoso.

  Aunque no había océanos, grandes lagos y ríos serpenteaban por todas partes, dándole un tono más vivo.

  Sin embargo, a pesar de tanta belleza, le faltaba algo que le diera la vida que necesitaba. Algo que lo hacía parecer un sitio desolado y triste. Este lugar estaba marcado por una gran soledad.

  Solo el sonido del viento entre los árboles y las olas de los lagos y ríos chocando contra las orillas eran audibles, acentuando el vacío que reinaba. Así era este planeta. Pero…

  — ??Estás seguro de que hay algo allí?! ?Lo digo porque ya he pasado por este lugar antes y no pude ver nada! —el fuerte grito de una persona interrumpió la calma impasible del lugar.

  Cuatro figuras surcaban el cielo por encima de la copa de los árboles, moviéndose a gran velocidad hacia el noroeste.

  — ?Sí! ?De hecho, puedo ver la instalación justo ahora! —respondió uno de ellos, mirando al frente, a muchos kilómetros de distancia.

  “Superman”, quien se encontraba guiando a los otros, giró su torso sin disminuir la velocidad para mirar a sus acompa?antes. “Goku” volaba detrás de él, siguiéndole el paso, y a los costados de este, dentro de lo que parecía una esfera de color verde, se encontraban “Reed” y “Rías”, cada uno de pie dentro de la esfera.

  Superman volvió a mirar al frente y continuó:

  — Puede que, como nosotros, ese lugar también haya aparecido de la nada, narrando de su realidad como nosotros. Aunque parece que no trajo a nadie consigo.

  — Eso es muy posible, Kal. Hay muchos misterios que resolver —afirmó Reed, intrigado por la situación.

  Después de que Superman se presentara como Kal-El, los cuatro discutieron y llegaron a un acuerdo: buscarían respuestas sobre por qué llegaron allí y cómo volver a sus respectivos mundos.

  Tras intercambiar algunos conocimientos sobre sus mundos de origen, todos coincidieron en que provenían de realidades diferentes. Clark les informó que había visto una instalación a unos kilómetros de donde estaban mientras observaba desde la atmósfera, buscando se?ales de vida. Decidieron ir allí de inmediato.

  Reed mencionó que la movilidad sería un problema, pero Goku tuvo la idea de llevar a ambos con uno de sus poderes mientras volaba.

  Después de unos minutos de vuelo, el lugar les fue visible. Descendieron frente a un gran edificio que parecía ser una instalación militar fortificada y bastante amplia.

  El Dr. Richards la observó meticulosamente.

  — ?Detectan algo fuera de lo común o se encuentra completamente abandonado? —preguntó Reed, observando a Goku y a Clark con intriga.

  En el poco tiempo que llevaban conociéndose, el Dr. Richards había notado que todos tenían diferentes habilidades y poderes. Se sentía intrigado por lo que más podrían hacer.

  — Yo no detecto ninguna presencia dentro… Puede que sí esté abandonado —respondió Goku sin vacilar.

  No sentía se?ales de vida en el interior, pero aun así, decidió ser precavido. Su detección no era infalible; había enfrentado a seres que podían ocultar sus presencias.

  Superman no respondió de inmediato, ya que estaba usando su visión de rayos X para inspeccionar estructura del interior. Tenía una gran capacidad para ver a través de objetos, aunque había ciertas excepciones.

  — Sí, lo que dice Goku es cierto. Yo tampoco puedo ver nada ni a nadie dentro —confirmó Clark, cruzando los brazos.

  Goku miró a Clark con curiosidad; le parecía increíble esa habilidad de poder ver a través de las cosas.

  — ?Y ahora qué hacemos? ?Entramos y ya, no? —preguntó Goku con su habitual actitud despreocupada, poniendo ambos brazos detrás de su cabeza.

  — Sí, pero antes de eso quiero saber algo, Kal —dijo Reed, dirigiéndose a Superman— ?Pudiste observar si había algún sistema de defensa dentro?

  Le preguntó con curiosidad, deseando saber si la base estaba protegida por armas automáticas o algo por el estilo. Superman volvió a mirar dentro y le respondió:

  — De hecho, sí. Pero gran parte está concentrada en lo que parecen ser el centro de investigación y el centro de control.

  — Qué suerte. Porque es justo donde tenemos que ir —habló Reed, con un toque de sarcasmo.

  Los cuatro se movilizaron hacia la puerta principal del lugar, donde se encontraron con una gran puerta de metal fortificada, de medio metro de grosor, muy bien anclada a los muros.

  A un lado de esta, había un panel de control. Reed lo revisó y llegó a la conclusión de que no podía abrirla. No tenía las herramientas necesarias para acceder al sistema.

  Tanto Superman como Goku mencionaron que podían derribarla usando fuerza, algo que Reed ya sospechaba de ellos. Así que les preguntó si tenían alguna habilidad o poder que pudiera abrirla sin causar demasiados destrozos. No quería da?ar lo que podría convertirse en una base temporal.

  — ?Sin causar destrozos? —dijo Goku, poniendo una mano en su barbilla mientras imaginaba usar una de sus técnicas para abrirla sin grandes da?os.

  Clark iba a dar un paso adelante para usar su visión calorífica y atravesar la puerta. Tenía el poder de expulsar un rayo de calor a través de sus ojos, capaz de superar los 1000 °C. Se detuvo cuando Goku habló de nuevo.

  — Ahora que lo recuerdo… Rías, tú usaste un tipo de poder destructivo antes, ?no? Podrías destruir la puerta sin causar destrozos, ?verdad?

  Goku le dirigió esa pregunta a la chica que los acompa?aba, quien había mantenido silencio detrás de ellos. Reed y Clark también dirigieron la mirada hacia la chica pelirroja.

  Esta abrió un poco los ojos en duda.

  — Eh… sí. Yo poseo ese poder, pero… —Rías se sintió intimidada al ser observada. Quería mantener un perfil bajo en esta situación.

  — ?Qué bueno! ?Entonces seguro que puedes hacerlo, ?no?! —exclamó Goku, animándola con una sonrisa que expresaba confianza.

  La chica pelirroja tenía un expresión de inseguridad en su rostro, aún procesando la situación en la que se encontraba. Hace menos de una hora, se encontraba en su escuela preparándose para un "rating game" que decidiría su futuro, y ahora estaba en este lugar desierto, rodeada de personas fuera de lo común.

  Rías miró a los otros dos, quienes le dieron un asentimiento de aprobación para que lo intentara. Ellos querían saber de lo que era capaz.

  Al mirarlos de nuevo, tomó la confianza que necesitaba.

  — Bien, lo intentaré —dijo, hablando con determinación.

  Stolen from its rightful author, this tale is not meant to be on Amazon; report any sightings.

  Rías se paró frente a la gran puerta, alzó sus manos y, en un segundo, una aura de color rojo cubrió su cuerpo. Extendió su palma y un círculo con extra?os grabados rojos y negros apareció, y en medio del círculo comenzó a formarse una esfera del mismo color.

  Goku entrecerró un poco los ojos al sentir esa energía; era muy similar a algo que ya conocía. Pero también sintió algo en el aura de Rías que le resultaba un poco desagradable.

  Reed y Clark miraron la escena con expresiones serias, reconociendo que eso era magia. Sin embargo, la vista y la sensación que sentían era algo que habían experimentado en el pasado al enfrentarse a ciertos enemigos.

  Después de que Rías cargara su ataque, lo dirigió hacia la puerta. En el momento en que la energía roja y negra la tocó, se formó un gran agujero en la puerta.

  Ella movió un poco sus manos y la energía se desplazó también. Rías había creado un gran agujero de 2x1 metros en la puerta, por el que podrían pasar sin problemas.

  — ?Bien hecho, Rías! —felicitó Goku de forma animada, dejando de lado su inseguridad anterior.

  ---

  Dentro de la base.

  Después de entrar, los cuatro comenzaron a recorrer los pasillos en busca del centro de control. Goku observaba los alrededores con curiosidad, al igual que la chica pelirroja, quien, a pesar de su interés, sabía disimularlo con habilidad.

  Los indicios de que había habido personas en este lugar eran evidentes; la ausencia del personal parecía reciente, como si hubieran desaparecido sin dejar rastro.

  — ?Y exactamente qué estamos buscando aquí? —preguntó Goku, intrigado por la misión que los había traído a este lugar.

  Reed, que examinaba meticulosamente la instalación, le respondió con sinceridad:

  — Es muy sencillo. Buscamos información sobre este lugar. En el centro de control podríamos encontrar respuestas. Y, si tenemos suerte, tal vez descubramos tecnología lo suficientemente avanzada como para investigar cómo regresar a nuestros respectivos mundos.

  — Eso es lo que buscamos, ?verdad? —dijo Goku, mientras cruzaba los brazos detrás de su cabeza—. Mencionaste que eras una especie de científico, ?crees que podrás hallar la forma de regresar?

  — Sí, pero necesito los recursos adecuados para averiguarlo. Por eso estamos aquí —respondió Reed, deteniéndose un momento para observar a su alrededor. — ?Este es el lugar? —preguntó, dirigiéndose a Clark, quien los guiaba por los pasillos.

  — Sí, pero si avanzamos más allá de este punto, activaremos los sensores del sistema de defensa —advirtió Superman, su voz grave resonando en el aire.

  Todos miraron atentamente el pasillo que tenían delante. Este se ampliaba en una gran encrucijada, donde una imponente puerta cerrada conducía a la sala de control.

  — ?Qué tipos de armas puedes ver? —preguntó Reed, con preocupación evidente en su rostro.

  Clark se detuvo un instante, concentrándose mientras utilizaba su visión para mirar a través de las paredes. Detrás de los muros, vislumbró mecanismos sujetos a armas de fuego de considerable tama?o.

  — Son armas de fuego, sin duda. Pero no se parecen a ningún modelo que yo recuerde. Por lo que puedo observar, son de alto calibre —respondió, frunciendo el ce?o.

  — ?Cuántas ráfagas de fuego crees que podrían lanzar antes de cesar? —insistió Reed, su inquietud aumentando.

  — Calculo que hay suficientes para mantener un fuego sostenido durante media hora. Sería un desastre total si no logramos desactivarlas —dijo Clark, con un tono de fastidio.

  Aunque su velocidad le permitía detener las balas con las manos, eso requeriría tiempo.

  La estimación de Clark dejó claro a Reed que la situación era más complicada de lo que habían anticipado. Decidió que era momento de usar su ingenio para minimizar los riesgos y encontrar una solución.

  — Quédense aquí; yo me encargaré de este asunto por mi cuenta… —dijo Reed, avanzando con confianza, como si no hubiera peligro.

  — Yo-… Clark iba a protestar, pero se quedó sin palabras.

  En el momento en que Reed dio un paso adelante, el sensor de movimiento activó el sistema de defensa. Un estruendoso “Bang” resonó en todo el lugar antes de que alguien pudiera reaccionar.

  Clark abrió los ojos como platos, se distrajo solo un instante, y no pudo reaccionar a tiempo. La bala fue disparada a una velocidad increíble y, antes de que todos pudieran asimilarlo, impactó en el cuerpo del Dr. Richards.

  Rías abrió los ojos, sorprendida e incrédula, al ver cómo la bala era absorbida por el cuerpo elástico de Mr. Fantástico, justo frente a su rostro.

  Goku parpadeaba repetidamente, con la boca abierta, asombrado ante la escena. Por su parte, Clark comprendió rápidamente la naturaleza de los poderes de Reed y sintió un alivio momentáneo.

  — Vaya, sí que es un arma potente —dijo Reed, intentando hacer un chiste sobre la situación, aunque su tono era más nervioso que divertido.

  El cuerpo de Mr. Fantástico rápidamente volvió a su forma habitual cuando Reed expulsó la bala de su interior.

  Sin embargo, gracias a sus propiedades elásticas, la bala salió disparada como un proyectil y comenzó a rebotar por todo el lugar. La bala rebotó de un lado a otro, creando una especie de danza caótica, hasta que…

  — ?Ayy! ?Ayayayayayai! ??Eso me dolió mucho!! ?Auch! —gritó Goku, llevándose las manos a la cabeza después de que la bala lo golpeara, completamente desprevenido.

  Los demás lo miraron con expresiones de incredulidad, mientras Goku se sobaba el lugar del impacto, con una mezcla de sorpresa y dolor.

  — ??Quién diría que una bala podría ser tan… juguetona?! —exclamó Goku, tratando de reírse a pesar de la incomodidad.

  Clark no pudo evitar soltar una risa, y Rías también se unió, mientras Reed solo se pasaba la mano por la frente, resignado ante la locura de la situación.

  — Bueno, parece que el sistema de defensa tiene un sentido del humor peculiar —dijo Reed, intentando recuperar la compostura.

  La tensión se disipó un poco, aunque todos sabían que aún tenían que actuar con cuidado.

  ---

  “Bang, bang, bang, bang, bang...”

  El estruendo de múltiples disparos resonaba por todo el lugar. Goku y Superman se encontraban en medio de la caótica escaramuza provocada por el sistema de defensa, que disparaba ráfagas de balas mortales sin cesar.

  Goku se movía a gran velocidad, deteniendo las balas con sus manos, mientras Clark hacía lo mismo, ambos trabajando en perfecta sincronía.

  Con esta táctica, habían logrado tomar el control de la sala, pero sabían que su misión no terminaba ahí. Debían dirigirse al centro de investigaciones, que estaba separado de la sala de control.

  Sin embargo, avanzar resultaba complicado; las balas volaban a gran velocidad, y Goku se sentía incómodo con la ropa que llevaba puesta. En momentos como ese, anhelaba su gi de artes marciales, que le permitía moverse con mayor agilidad.

  A cierta distancia, Rías y Reed observaban el espectáculo con asombro.

  — ?Le puedo preguntar algo, Dr. Richards? —dijo Rías, dirigiéndose a él con un tono serio.

  — Ah… sí, claro. ?Qué te gustaría saber? —respondió Reed, asintiendo mientras intentaba mantener la calma.

  — ?Cuánto tiempo cree que tomará hallar la forma de volver a nuestros mundos? —preguntó Rías, su voz cargada de preocupación.

  Reed, escuchando su pregunta, miró hacia adelante, buscando las palabras adecuadas para no inquietar a la chica.

  — Voy a ser sincero, se?orita. Puede que sean días, tal vez meses, y en el peor de los casos, podría llevar a?os… —dijo Reed, observando cómo la expresión de Rías se tornaba más decaída a medida que hablaba.

  — Pero hay algo que es seguro: hallaremos la respuesta a este predicamento. No te desanimes —a?adió, intentando ofrecerle un rayo de esperanza.

  En ese momento, un grito resonó en el aire.

  — ??Oigan, ya acabamos!! ?Ya pueden hacerse! —exclamó Goku, levantando una mano con entusiasmo.

  Rías y Reed se volvieron hacia él, viendo cómo Goku y Clark hacían se?ales para que se movieran. La tensión en el ambiente se disipó un poco, y la determinación de continuar la misión se hizo palpable entre el grupo.

  Después de acceder al centro de investigación, tanto Reed como Clark se pusieron manos a la obra, tratando de acceder al sistema operativo de la base.

  En un principio, fue complicado debido a la diferencia en el código con respecto al idioma de origen. Pero para el hombre más inteligente del planeta, y con la ayuda de Clark, que tenía un aprendizaje muy elevado y comprendía rápidamente diferentes idiomas, hallaron la forma.

  Estaban tratando de acceder a la base de datos y los registros del lugar, y también buscaban la forma de controlar los drones de reconocimiento que había en la base.

  Rías, por su parte, estaba sentada frente a un tablero de ajedrez que había encontrado mientras revisaba el lugar. Ya no había peligro de que los sistemas de defensa se activaran, ya que Reed había logrado que el sistema los reconociera como parte del personal.

  Su mirada se movía lentamente entre las piezas de ajedrez, cada una representando una estrategia, una batalla.

  “Quisiera que estuvieran aquí”, pensó, recordando a sus siervos y amigos.

  La simple idea de que nunca podría volver a su mundo y que no volvería a ver a sus seres queridos la sumía en una profunda tristeza.

  Mientras tanto, Goku se encontraba en la cocina del lugar. Al enterarse de que había comida, su rostro se iluminó con una sonrisa; no había comido desde que llegó a este mundo, y su estómago rugía con insistencia.

  — Me pregunto si Milk ya se dio cuenta de que desaparecí —musitó para sí mismo mientras comía.

  La idea de que su esposa y sus amigos ya hubieran descubierto su ausencia cruzó por su mente. Y si eso era así, tal vez podría hallar la forma de encontrarlos con las esferas del dragón, aunque creía que eso era imposible, ya que Sheng long no tenía el poder necesario para hacerlo.

  De repente sus ojos se abrieron un poco.

  — Mmn… ?Qué es eso? —preguntó Goku a nadie en específico.

  Se detuvo de comer al sentir una serie de presencias en las cercanías. Rápidamente usó su detección para mapear todo el planeta y se sorprendió al descubrir que algo había llegado.

  Goku llevó una mano a su frente y, al segundo siguiente, desapareció cuando el sonido agudo de “shuiin" inundó la cocina.

  Al segundo instante apareció cerca de un lago rodeado de densa vegetación.

  — Así que tú eras esa presencia que sentí, eh —dijo Goku, entrecerrando los ojos.

  Frente a él había un animal, más bien, algo que parecía una gran serpiente con escamas de colores modernos y grises.

  El animal tenía una longitud de 30-35 metros y un grosor de un metro. Estaba enredado entre los grandes árboles de la zona frente al lago.

  — Jeje. Vaya que eres una serpiente muy grande. Supongo que también te trajeron aquí como a mí —comentó Goku, observando al animal.

  La serpiente fijó su mirada en Goku, evaluándolo como una sorpresa. La serpiente atacó a goku, este reaccionó rápidamente cuando la gran serpiente intentó atacarlo, propinándole una fuerte patada en la cabeza.

  — ?Será mejor que te vayas a dormir!... Aunque aún sigue siendo de día, supongo —expreso después de incapacitar al animal.

  Goku llevó nuevamente su mano a la frente y usó otra vez su técnica. Se propuso ir a donde se encontraban todas esas presencias que habían llegado a ese planeta, para ver si alguien más había llegado.

  Muchas de las presencias que sentía eran muy similares, así que decidió ir a ver solo una de cada grupo.

  Se topó con una serie de distintos animales de diversas especies, tama?os y formas. Muchas lo atacaron cuando lo vieron, así que las incapacito sin causarles mucho da?o.

  Después de un rato, Goku llegó a la conclusión de que muchos animales, al igual que él y los demás, habían sido trasladados a ese lugar sin razón aparente.

  —Rayos… hubiera sido bueno encontrar a alguien más, pero... — exclamó el con decepción en su voz — Será mejor que regrese y les cuente a los demás sobre lo que descubrí Murmuró teniendo un rostro serio.—Dejando eso de lado se preparó para volver con los demás.

  Sin embargo, Goku se detuvo al sentir un ki muy particular, uno que le resultaba familiar, similar al de un dios. Intrigado, miró en la dirección de donde emanaba esa energía y decidió investigar.

  Sin perder tiempo, se tele transportó hacia la fuente de esa presencia, ansioso por despejar sus dudas. Al llegar, se encontró con una mujer de espaldas, que observaba los alrededores con una clara confusión.

  La chica pareció percibir la presencia de Goku y, con un movimiento nervioso, se volteó para mirarlo.

  — D-disculpe. ?Podría decirme en qué lugar me encuentro? —preguntó con una voz tímida, sus ojos reflejando sorpresa.

  Goku la observó un momento antes de responder.

  La mujer frente a él tenía un cabello largo de color gris verdoso, con un flequillo que le cubría el ojo derecho. Vestía una camisa sin hombros de un suave tono morado, complementada con un pa?uelo rosa atado al cuello y una falda blanca que se ajustaba a su figura con un cinturón marrón. Sus zapatillas eran del mismo color que su falda, y un pendiente brillaba en su oreja izquierda.

  Era esbelta, midiendo aproximadamente entre 1.60 y 1.65 cm, y parecía bastante joven. Su mirada, amable pero insegura, le daba un aire de vulnerabilidad. A Goku le pareció realmente bella.

  —Sí, puedo decirte dónde estás, pero será difícil explicar qué es este lugar —dijo Goku, adoptando una actitud seria.

  Era raro verlo así; solo solía actuar de esta manera cuando se sentía molesto o se enfrentaba a un enemigo despiadado.

  —Pero antes, déjame presentarme. Yo soy Goku, Son Goku…?cómo te llamas?

  La chica dudó un poco, pero finalmente respondió:

  —Yo me llamo Elizabeth. Es un placer —se presentó inclinando ligeramente la cabeza.

  Goku la observó un poco más.

  Sentía un poder en ella muy diferente a todo lo que había sentido antes. A su vez, percibía que Elizabeth desprendía la presencia de un dios muy dentro de ella.

  Un pensamiento cruzó la mente de goku.

  “?Qué clase de seres poderosos llegarán a este lugar” pensó dejando ver una sonrisa de desafío.

  De alguna manera, esa idea lo emocionaba. La posibilidad de enfrentarse a individuos con habilidades y fuerzas desconocidas le resultaba intrigante.

  No pudo evitar emocionarse ante esa perspectiva.

  Continuará.

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